
"MochoMan" Juan José Florian - “Del Bombazo Me Quedó Una Pierna.. Pero También Una Vida Para Vivirla”
30 de abr de 2025
En este episodio de 'Los Hombres Sí Lloran', Juan Pablo Raba y Dani Posada nos guían a través de una profunda y conmovedora conversación sobre la resiliencia y la superación personal, enfocándose en el viaje de un invitado especial que ha enfrentado enormes desafíos tras un evento traumático en su vida.
Capítulos
Infancia y presiones familiares
El episodio comienza con un recorrido por la infancia del invitado, describiendo cómo fue criado en una familia numerosa en el campo colombiano. Recuerda con nostalgia los juegos en los potreros y las dificultades económicas que marcaron sus primeros años. También comparte el impacto del maltrato de su padrastro y la ausencia de su padre biológico, quienes influyeron en su vida y su percepción de la paternidad.
Reclutamiento y fuga de las FARC
A los 16 años, el invitado fue reclutado por las FARC, una experiencia que marcó su vida y le enseñó a sobrevivir bajo presión. Durante su tiempo en la guerrilla, planeó su escape, que finalmente logró en medio de un combate, lo que simbolizó un acto de valentía y búsqueda de libertad.
El impacto de la explosión de 2011
En 2011, sufrió una explosión causada por un artefacto de las FARC, que resultó en la pérdida de sus manos y una pierna. Esta experiencia traumática transformó su vida, pero también desencadenó un proceso de resiliencia y redescubrimiento personal.
Reconstruyendo su vida y familia
A pesar de las secuelas físicas y emocionales, el invitado ha encontrado la manera de seguir adelante. Destaca la importancia de su familia en su proceso de recuperación y habla de su relación con su esposa Angie y sus hijos, quienes han sido pilares fundamentales en su vida.
Reflexiones sobre la vulnerabilidad y el crecimiento personal
Finalmente, el invitado reflexiona sobre su viaje emocional y la importancia de la vulnerabilidad como una fortaleza. Reconoce cómo las experiencias difíciles han moldeado su carácter y enfatiza la necesidad de ser abierto sobre las emociones para fomentar un ambiente de apoyo y compasión.
Conclusión
A través de su extraordinaria historia de vida, el invitado nos muestra cómo la adversidad puede convertirse en una oportunidad para el crecimiento personal. Su capacidad para enfrentarse a difíciles retos y al mismo tiempo ser un ejemplo inspirador de resiliencia y superación es un poderoso recordatorio de que siempre hay esperanza, aún en las circunstancias más sombrías.
Menciones
- (Persona) Juan Pablo Raba
- (Persona) Dani Posada
- (Persona) Juan José Florián
- (Persona) Angie Paola García Martínez
- (Org) FARC
- (Evento) Explosión del 2011
- (Persona) Nairo Quintana
- (Persona) Mochomano
- (Lugar) Bogotá
- (Lugar) Meta
- (Org) Ejército Nacional de Colombia
- (Concepto) Resiliencia
- (Concepto) Salud mental
- (Concepto) Vulnerabilidad
- (Concepto) Superación personal
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Este, nuestro espacio, tu espacio, es seguro y se llama Los Hombres Sí Lloran, donde la vulnerabilidad se convierte en nuestra mayor fortaleza. ¿Cómo fue tu infancia? Mi infancia, yo creo que, o no, yo considero que fue muy bonita. ¿Y por qué bonita? Bueno, primero, pues por mi edad, en ese tiempo no había mucha tecnología. Entonces, fue muy bonita porque yo soy de una familia numerosa, mi mamá tuvo ocho hijos, entonces son hartos y a pesar de todas las limitaciones que nosotros nos criamos, tuvimos todo, tuvimos amor, de de pronto no puedo ir a un centro comercial porque bueno nunca nada nunca nos llevó porque el más cerca sería en villavicencio yo creo que en ese tiempo no existía no tenía que ser aquí a bogotá y pues nunca se haga no sé a qué se ha votado porque escuchado por en la radio porque en televisión teníamos entonces nuestro campo de jugar eran los potreros si me encanta cuando pase mi bicicleta para eran los potreros. Entonces a mí me encanta cuando paso en mi bicicleta, por ahí veo esos potreros. De una, mi mente se va a esos momentos de niñez, cuando corría atrás del ganado. Aunque en ese momento me enojaba, porque yo no entiendo, porque de joven o de niño, de adolescente se enoja porque los papás lo mandan a hacer algo. Pero mi mamá me mandaba a encerrar y yo me iba enojado y cogía a los terreneros a palo, a piedra, porque me mandaban. Pero ahorita cuando yo me iba enojado y cogía a los terreneros a palo, a piedra, porque me mandaban. Pero ahorita cuando yo digo, pues ellos no tenían la culpa, pero hoy en día digo, qué cosas tan bonitas. Y me iba con mi hermano, con mi hermano el que me seguía a mí, entonces nos íbamos los dos a encerrar y a veces nos cultivábamos tanto, entonces a veces cultivaba tomate, a veces papaya, plátano, entonces nos metíamos y nos cogíamos a tomate. Y nos daban unas jugueteras por eso llegaban bañados claro, nosotros nos metíamos a la tomatera y teníamos los surcos repartidos para cada uno de aquí para después, de aquí para después y nos prendíamos y ¿sabe qué era lo peor? recogíamos tomate nos íbamos primero y hacíamos montones de tomate y nos prendíamos con mi hermano y a veces claro mi mamá nos mandaba y desde la casa hasta la cabecera del potrero pues tenía visión ella si estos órganos que se hicieron y mi mamá no cogía la correa no me va a coger al sur riego él sabe que es un perrero un sur riego eso lo acostumbran a hacer en el llano para arribaír al ganado entonces hay una parte de madera que es un palo y el juete es un pedazo de cuero y cuando uno miraba era que mi mamá salía, pero entonces era una cosa muy bonita o a veces nos íbamos para el caño y nos poníamos a jugar en el caño y yo me acuerdo que con mis hermanos estábamos pequeños y nos bañábamos hasta sin ropa, que es para que mi mamá no nos descubriera pero uno siempre llegaba con el caballo y me decía,allo hoy usted porque se metió al caño pero algo muy bonito fue algo muy bonito lindo recuerdos al han mencionado a tu mamá varias veces tu papá estaba ahí no yo mi papá no nunca yo nunca lo conocía hasta mis 18 años yo me crié con padrazo ¿y eran 8 hijos del mismo papá? no, papás diferentes mi mamá también fue una mamá responsable siempre juzgan a los papás diciendo que soy redobre responsable ¿tu mamá está ahí? sí, todavía te va a agarrar como de fuente no, no, no el mayor Sí, todavía traerá. Te va a agarrar como de fuente. No, no, no, no, no. El mayor, bueno, el mayor, lo que pasa es que todos sabemos la historia, como el tema que vivían las mujeres, bueno, en algunas regiones, yo creo que en Colombia todavía las mujeres viven eso de que los papás las obligan a casarse en congulano y hay regiones que todavía se ve eso. Y pues usted sabe antiguamente como era el tema del machismo, mi mamá ya tiene más de 70 años entonces mi abuelito no fue como tan responsable, fue un borracho y en esos tiempos era demasiado el machismo que mi abuelito tenía entonces mi mamá cuenta que cada vez que mi abuelito tuvo no sé como 12 hijos con la misma esposa él sí fue responsable yo saqué eso de mi abuelo entonces entonces qué, mi mamá cuenta que cada vez que nacía una hija mujer mi abuelito renegaba y se enojaba con mi abuelita y que hasta le daba plan, eso cuenta ella, entonces mi mamá por allá, mi abuela como que falleció según la historia muy temprana y por ahí una tía como que regaló a mi mamá por ahí señor de una finca y pues, ¿sabes? Las historias como abusaban de ellas, de alguna manera, y tuvo pues su primer hijo, que es mi hermano el mayor. Y esa no se quiso quedar, sino que le escapó y le quitaron a su hijo. Ella después fue y se como pudo, lo rescató. Y se salió y después conoció a otra persona allá en la ciudad y formó un hogar. Y pues según la historia de ella, porque todo el mundo cuenta las historias a su favor, ¿no? Yo aquí soy impaciente. Fue la situación de los hechos. Según ella, el señor como que consiguió a otra persona y mi mamá es de esas que, ah, no, adiós es que le digo. Entonces arrancó. Y ella siempre me decía que como que ya por adentro de su despecho seguro dijo, voy a tener otro hijo que va a ser el bordón de mi vejez, entonces por ahí conocí a mi papá, eso digo bueno es un momento bajo y él tenía dos esposas tenía una en bogotá y tenía mi mamá y cuando mi mamá lo descubrió pues él tiene en el momento tenía tres hijos mayores que yo es cuando mi mamá lo descubrió el hijo adiós y mi mamá se fue y se fue para vivir a mi mamá vivía para mi abuelito fundó una finca previa vista hermosa meta para adentro entonces mi mamá para en su despecho y conmigo pequeño se fue por allá y para conoció con el señor que iba a tener que el papá de mis tres hermanos menores entonces con él fue que me cree cuando él me creo fue una forma una crianza muy dura hasta no yo recuerdo que como hasta los seis años para mí siempre fue mi papá a pesar que todas las personas me decían que no era pero llegó un momento en la vida que no sé como que yo sé cambio él tenía sus tres hijos y no sé y también seguro hoy día pienso que fue la formación también de su niñez porque el conflicto armado también le mataron al papá a la mamá y él se crió por ahí con personas dándole garrote y yo creo que la forma en la que él pensó que criara a los niños era darle garrote. Entonces todo el tiempo me dio mucho garrote, mucho fuete. Sí. Muchas humillaciones, hasta que cuando veo a Juan José, a mi hijo, y cuando me preguntan la edad, cuando veo la edad que él tiene, a esa edad yo ya estaba listo para escaparme de mi casa porque estaba cansado del maltrato. Entonces a pesar de que mi mamá siempre como que se paraba en la mitad a defendernos, pues nos daban garrote a todos. Entonces mi mamá sufrió muchísimo el tema del maltrato también. ¿También le maltrataba a ella? Claro, también le dejamos a todos, nos da a jueces, sino que yo creo que mi mamá el miedo, el miedo y que yo creo que muchas mujeres sufren, o muchos, los seres humanos se frenan por el miedo. Nunca, no tomó la decisión de dejar a ese señor y hacer otra vida. Entonces yo creo que pensaba con tantos hijos. Pero si lo había hecho antes. Sí, lo había hecho antes. ¿Por qué crees que con él no fue capaz? resignarse a veces creo a veces las personas las muchas de la resiliencia y a veces digo ahí también entra en acción ella entonces tiene esa capacidad de adaptarse a los golpes al sufrimiento a tantas cosas ahí porque ha fracasado tantas veces de lo que le pasó en su niñez que la regalaron luego formó un hogar diferente y no le fue bien luego intenta otro que en el caso con mi papá y que él según tenía otro hogar entonces como que yo creo que dijo, no, yo si dejo a este señor, pues me va a volver a pasar lo mismo, entonces aguantemos entonces, y yo creo que Juan, que las secuelas vienen hoy en día, ya cuando están a más avanzada edad, pues aunque ella todavía vive con su esposo, con mi padrazo pero viven chocando todo el tiempo entonces todo el tiempo vienen enojados, todo el tiempo y todo el tiempo están trayendo su pasado ay hijo de tantos que usted cuando me daba leña entonces como a todas horas nos maltrataba pero entonces uno dice para qué uno toma la decisión entonces yo creo que el miedo mi mamá no le permitió eso no le permitió haber tomado otra decisión en su vida y pues afortunadamente pues para mí fue muy duro pero yo creo que a veces agradezco todos esos garrotazos que él me dio, porque yo le cogí como lo bueno de tanto maltrato. ¿Qué es lo bueno de tanto maltrato? Lo bueno de tanto maltrato yo creo que no fue, o sea, no caer como en las drogas, porque muchas personas de refugio porque me maltrataron, buscan un reconcilio en las drogas. Yo lo que he buscado es como en perseguir mis sueños, en querer hacer cosas diferentes y en querer ser diferente, no ser ese papá maltratador. Como que todas esas cosas malas que me pasaban en mi niñez, yo trato de corregirlas hoy en día con mi hijo porque yo quiero que él cuando tenga su hogar y mi hija, pues que tampoco vayan, no hagan hacer eso, que no maltraten a sus hijos. Entonces también cuando yo empecé a prestar mi servicio militar, yo miraba... ¿Ahí te vas de la casa? Sí, ya me he ido. ¿O ya te habías ido antes? No, ya me había ido antes. Yo me escapé cuando tenía, no sé, como ocho años. Entonces te escapás de tu casa a los ocho años. Como a los ocho, nueve años me escapé de mi casa, sí. O sea, tu hijo tiene siete en ese momento. Sí. Es como si el año que viene tu hijo... Sí. ¿Cómo fue esa planeada, hermano? La verdad es que un día estaba cansado de tanto garrote y ya uno, ya a unos ocho años, ya piensa diferente y me acuerdo que llegó una tía y ella me ofreció trabajo. Me dijo, mi hijo, si usted... ¿Y usted qué hace aquí aguantando las humillaciones de ese señor? Si usted quiere, vaya a trabajar conmigo. Y yo dije, ¿qué tengo que hacer, tía? Y mi hijo, cárgale la comida a un aserrador. Y yo, cárgala conmigo. Nada más, mi hijo, no. ¿Y cuánto me va a pagar? Y yo dije, ¿qué tengo que hacer? Y mi hijo, cárgale la comida a un aserrador. Y yo, cárgale la comida. Nada más, mi hijo, no. ¿Y cuánto me va a pagar? Y mi hijo, cinco mil pesos. En ese tiempo, pues, eso fue como en el, no sé, como en el noventa y algo. Y yo, cinco mil pesos. Y yo, yo, yo, y me, entonces mi tía me regaló como tres mil pesos. Y mi hijo le regaló tres mil. Y me dijo, si piénselo y se quiere ir, se va. Y como que yo empaqué una moda de ropa en un costal y cuando mi mamá se descuidó, salí, cogí un carro y adiós, me volé, llegué donde mi tía. Llegó donde mi tía, claro que yo me había volado antes, yo me había escapado antes, ya que me habían dado una garrotera y me volé, fue donde mi tía, pero mi mamá fue por mí y me trajo. Ella fue y me trajo, yo bueno, me trajo mi mamá y ya la otra escapaba yo me fui a trabajar y mi tía sí, entonces yo tenía que cargarle la comida a una cerradora, pero uno de niño yo me entretenía con todo yo veo a mi hijo hoy en día como él juega con palitos, con piedras lo mismo era yo, yo me iba por el potrero y imagínense que yo yo esos días hace poco le contaba a mi hija a mí me cogía, yo llegaba y estaba ya no estaba cerrado porque nos tocaba meternos selva dentro porque estaban tumbando selva para entonces me tocaba caminar 23 horas por entre la montaña y yo me iba jugando jugando al escondite jugando y yo llegaba con la comida con el almuerzo la cerrada pues toda revolcada y ese señor me da unas planeras el saca el machete y me cogía plan Y yo me iba a llorar detrás de un palo. Y ya nos regresábamos, chino, hijuetante, y me cogía maderazos, me daba unas planeras, ese hijo de puta. Pero bueno, yo decía, bueno, usted se va empezando, se vuelve uno como masoquista, ¿no? Mire cómo lo decía. Que yo no cambiaba. Yo sí que me planeaba hoy, hermano. Sí, me planeaba ese día, me planeaba. Y yo el otro día, pues, yo lo hacía juicioso, y llegaba con el almuerzo, pero a mí se me olvidaba, cuando yo iba llegando donde él, yo decía, uy, me van a cascar otra vez, y volví, y claro, fijamente me da la planera, al último el hombre no, le puso quejas a mi tía, y mi tía me echó, y yo me fui, y yo me, y en ese, en eso, en esa, en esta zona, en ese momento, pues, había muchos cultivos de coca. Y pues era todo el mundo trabajando raspando. Entonces yo como que, ay, yo cargando. Entonces todos me decían, recoger, recoger. Sí, los recolectores de coca, entonces raspar. Los raspachines. Entonces yo, no, entonces un primo me dijo, oiga, venga, vámonos a raspar que le va a ir mejor. Y me fui a raspar y empecé a aprender a raspar coca. Lo que pasa es que yo era muy juguetón. Entonces yo todo todo el tiempo estaba jugando haciéndole maldad a los demás trabajadores y me pegaban todo el tiempo me daban arrancar las ramas de la coca y me daban unas jugueteras de esos manes entonces el patrón o el dueño de la finca donde trabajaba el man el dijo no venga usted ya no como que él estaba cansado de verme que yo llegaba con la espalda, las piernas llenas de verrugas de las jugueteras que me dan esos manes, entonces él me dijo, no, vamos a hacer una cosa, yo le voy a pagar a usted, creo que eran como 20 mil, pero en el tiempo 20 mil, no sé, como usted gana esos millones de pesos hoy en día, entonces eso era un platal y más por ahí, entonces él me dijo, le voy a pagar 20 mil y usted, ¿y qué tengo que hacer? Me dijo, no, cargargar agua ayudar a moler el maíz y rajar leña y me ayudan el cambullón y yo claro que me levanta a las 3 de la mañana moler maíz a moler maíz para ayudar y cargaba el agua la señora de la cocina y rajaba leña y cuando yo tenía 6 años como yo creo que tengo como nueve años diez años ya estaba trabajando ganando dinero y entonces se pusiste a trabajar en eso? sí, pero yo siempre tenía yo siempre de niño bueno, inicialmente yo quería ser yo siempre quise ser soldado pero yo cuando me escapé de mi casa yo me escapé con con la mentalidad que yo iba a volver yo iba a matar a mi padre esa era mi mentalidad y aprendí a disparar y yo todo el tiempo cuando disparaba yo pensaba en él y yo quería ahorrar para comprarme un arma porque yo venía a matarlo o sea ese era y ese era mi sueño de infancia, yo tenía mi sueño de ser soldado pero estaba el deseo, por un lado no era sueño yo creo que era un deseo más bien, yo quería hacerlo muy bien porque yo quería desquitarme de todo lo que él me había hecho, de lo que le había hecho a mis hermanos, porque mis hermanos no podían hablar conmigo porque él los golpeaba. Entonces yo decía, yo me tengo que desquitar porque mis hermanos no hablaran conmigo y yo cuando él llegaba nosotros no jugábamos. Entonces yo tenía que entrar tarde de la noche a la casa por una ventana y muy temprano me escapaba. Entonces mis hermanos sufrían por culpa mía. Mi mamá también sufría por culpa mía. Entoncesía, entonces la solución era quitarlo del camino. Y yo entonces eso y pues por allá las FARC también reclutaban muchos adolescentes, eran muy... Y los que no los llevan a las malas pues les terminaban yendo y muchos por la ilusión a un arma, por la ilusión a un uniforme, terminan metiéndose en la edad. Y cuando llegué como a los 16 años, en el 99, 98, 99, a mí las FARC nos reclutaron. ¿De las FARC? Sí, ya llegaron a la finca mi mamá y me llevaron. En ese momento, pues, se llevaron al que era mayor, en ese momento yo era el mayor, llegaron una tarde y me sacaron de la casa. ¿Cuántos años tenías? Ya sobre los 16 años, ya casi los 17 años. ¿Y te sacaron de tu casa? Sí, nos sacaron, la agarran, en ese tiempo eso llegaban a las escuelas, a las casas, y me llevaron a la zona de extensión y ya me les escapé, como un año después. Yo he sido muy necio he sido muy loco a mí me da risa ¿sabe qué? saliendo un poquito de la historia hoy en día cuando a mí me dicen que eso no se puede que eso es difícil yo a veces yo los veo así sobre todo directivos por ahí así en el tema de partido que uno oiga venga es que yo quiero me quiero preparar un ejemplo peor unos olímpicos que ha sido mi sueño y lo ven a uno así arriba y abajo y le dicen no hermano no es que usted está muy jodido, los otros son más funcionales, y yo entre amigos, yo pobre hijo, supiera lo que me ha tocado enfrentarme a la vida para que usted me diga que no puedo, pero infortunadamente pues a veces ellos tienen más poder que le atrancan ese sueño a uno, si tuviera uno que escaparse pues yo creo que planearía fuera como cuando me le escape la guerrilla, pues también me le escaparía y llegaría. ¿Cómo te desescapaste? ¿Cómo me le escapé? Como casi un año después en un combate. Me escapé, lo planifiqué casi todo un año, observando, analizando. O sea, vos desde que te llevaron no sabías que te ibas a escapar. Claro, yo sabía, yo sabía. Había que obedecer, pero mientras obedecía planeaba en mi mente cómo lo hacía. Yo miraba los errores de los demás para no ir a cometer el mismo. Por ahí hay una película suya que me la vi y me encanta mucho cuando parte de esa parte por ahí del Pizazuay, de Estudio Salvaje, entonces cuando yo cuando la veía me conectaba mucho porque muy cosas parecidas a esas las viví de niño cuando llegan ahí se lo llevan algo como así cuando va por ese potrero y mira hacia atrás y yo también miraba hacia atrás pero el mío no me va a salir corriendo entonces yo lo planifique muy bien solo que yo no llegué que tanto poder como usted en la película yo lo planificaba, yo lo observaba y errores que, a nosotros todo el tiempo le daban cátedra a uno, yo no sé si todavía sea igual, pero en algún momento todo el tiempo le estaban hablando de revolución y de odio, porque lo que le hacen es odio frente a un pueblo, entonces nos daban cuadernos, pero era la estrategia que ellos hacían para descubrir quién estaba aburrido y tenía planes de desertar entonces, ¿a quién se imagina que descubrían más? cuando hablamos de diarios a las mujeres a las niñas, a los adolescentes las descubrían más a las mujeres les gusta más escribir sus sentimientos en los libros, en su diario entonces ellas aunque su cuaderno escribían lo que nos decían, como los artículos, entonces artículos que no sé qué, la revolución, que el camarada no sé quién, el que intente desertar tendrá juicio, no sé qué. Entonces uno tenía que tomar apunte de esas cosas para tenerlo presente. Y algunos escriben otras hojas, estoy aburrida, extraño a mi familia, me gustaría volverlos a ver. Estuve hablando con Julano y me propuso que nos escaparamos. Y cuando usted acordaba era que tenía los cuadernos de todo el mundo. Alias Julano, Julano, no le dicen alias, Julano, al frente. Entonces ya usted, usted está pensando en desertar. Julano le propuso tal cosa y ya, consejo de guerra. Pues cuando eran cosas que no eran como tan delicadas, lo sancionaban. Entonces, como que cargar leña, cargar agua, y a toda hora con ellos en el radar que no... Y el que intentaba volarse, pues se fusilaba. Entonces, ¿tú qué decías? Me encanta esto, esto es buenísimo. No, yo no... Sí, obvio, claro, yo escribía, yo decía que me sentía feliz de estar ahí, que no sé qué, que la... Usted tenía que escribir cosas como esas para que no... para que no sé qué, que la... Usted tenía que escribir cosas como esas para que no sospecharan de ti, pues tampoco uno se podía poner a escribir, no, esto ya es como raro, ¿no? Pero sí de vez en cuando, yo escribía en medio de mis garabatos, escribía algo como positivo de eso, pero en mi mente ya estaba mi planificación, cómo lo iba a hacer, y lo encontré en medio de un combate. Como que la vida me puso todo, como que todo para que ese día, tenía que ser ese momento. Entonces yo me hice llamar Miller. ¿Ven cómo lo tendría yo planificado? Que ellos me dijeron qué nombre me quería poner y yo me puse Miller, porque yo no quería primero olvidar a mi mamá, a mi familia, y segundo yo quería cumplir mi sueño que había cumplido Miller, que mi hermano se llama miller entonces yo siempre te di a mí nunca es que me sean miller yo pensaba en él en ellos ya yo sabía dónde quería llegar y entonces no me hieros de coja el coja el equipo el mini crucero y yo cogí el mini crucero y yo y todos corrían entonces yo era el último en replegarse siempre yo era la seguridad de ellos claro que ellos subían yo yo aseguraba y luego en tún yo llegaba donde estaban ellos y así nos fuimos replegando, replegando, entonces teníamos que pasar, no sé, como unos 300, no, yo creo que más, sí, como unos 500 metros de potrero y ya era selva, pura selva, selva, selva en el Tolima, de Villarrica a Tolima, arriba, selva, selva, selva y yo decía, ¿será que es aquí? Pero no, yo, ¿será que sí? ¿será no? Y los dudas, el miedo, ¿no? Entonces yo por eso a veces a la gente le recalco mucho, el miedo nos frena. Entonces yo seguía, por el miedo me hacía seguir los pasos de ellos, hasta que yo ya quedaba ese campo, ¿no? Entonces nosotros teníamos un helicóptero, el arpía encima disparando, ¿no? Entonces cuando el helicóptero iba hacia allá, salía uno corriendo, y pues corría, ¿no? Yo creo que era menos de 500 metros, corría, corría, y el helicóptero da hacia allá salía uno corriendo y pues uno corría, yo creo que era menos de 500 metros, corría, corría y el helicóptero da la vuelta y empezaba a disparar, pero cuando el helicóptero llegaba ya estaba usted entre la selva, entonces es lo que se agarraba de un árbol y ahí se agarraba y pasaba el rafagazo pero no lo veían y si usted coronaba la selva ya salvo, el problema era este pedazo, entonces y el helicóptero seguía disparando y dando la disparando cuando el helicóptero iba entonces ¡corra! y entonces yo dije cuando el helicóptero se fue yo era el último entonces yo salí corriendo y llegué hasta la pura orilla del monte y dije no, yo no sigo, me devuelvo o es aquí o nunca y me devolví, me fui caminando hacia atrás y me fui parando la vegetación para que ellos no miraran por dónde me fui yo. Y mientras paraba así el helicóptero se vino y claro, desde arriba pues lo ven a uno y empieza a disparar y yo me corrí a un arbolito que la vida me puso ahí, ¿por qué? No sé. Pero ahí me sentí, yo de eso lloraba y eso dispara y cogeteaba, el helicóptero empezó a cogetear a la montaña y eso caía a tierra, eso es de película, yo ahí vea, agarrado así, yo había agarrado así yo me van a matar van a matar porque no seguimos entonces ahí si la mente empieza a decirte porque no siguió si lo van a matar por porque no siguió y yo ahí agarraba el palo agarra el palo cuando los claros obvio yo no tengo un pelado de 17 años en medio de una plomacera. Y yo lloré ahí, yo decía, no, yo no voy a volver a ver a mi mamá, a mis hermanos, me van a matar. Y yo no sé, el helicóptero se fue y yo salí corriendo por una casa y retuve a unas personas ahí y les quité ropa. Digo, les fue una feo, pero es lo que hice, ¿no? Los amenacé, les dije que me dieran ropa civil, los hice tirar al piso. Pero yo iba dispuesto a matarlos. Y yo, me entregan la ropa, necesito que me dieran ropa civil, los hice tirar al piso, pero yo iba dispuesto a matarlos. Y yo le dije, me entregan la ropa, necesito ropa civil, ropa civil. Y el señor me decía que, como que venga, no nos van a matar, no nos van a matar. Yo no, si usted no me da ropa, los mato. Y el señor me decía, yo no tengo ropa nueva. Y yo, yo no quiero ropa nueva, hijo de tanta, yo necesito de ropa. Y el señor me dio un pantalón y me dio una camisa, entonces yo me quité el pantalón y yo tiré boca abajo y todos los tenía en el piso porque la gente cogían a los pelados que intentaban desertar y se los entregaban a los comandantes entonces yo qué hice, yo sabía que si un mandesol me cogía perdía el año entonces todo resuelto a todo y yo ahí lo que hice, me entrega la ropa, me pongo el pantalón ahí y tiré ese pantalón verde que me habían dado y salí caminando hacia atrás. Y me daba miedo dar la vuelta porque yo me parecía que cuando diera la vuelta ellos me iban a coger. Entonces yo caminaba, yo corría hacia atrás. ¿Cómo? Yo no sé, pero yo corría hacia atrás, corría. Cuando que un momento u otro yo dije, volteémonos. Y me volteo y salgo corriendo y yo miraba para atrás y a mí me parecía que el Señor me iba siguiendo. Y qué. Son ahí, me seguí y corrí, corrí, corrí. Me fui soltando los botones y corrí, boté el chaleco, me quedé con un solo proveedor, me quité la camisa, esa verde que me habían dado la tiré y me puse la camisa. Yo no sé cómo lo hice, pero lo hice en medio de la carrera. Me puse la camisa y me fui con el fusil. Y por ahí, más abajo, después de correr mucho, me quité las botas y seguí corriendo a pie limpio y ya cuando estaba cerca el pueblo bote el fusil y llegué donde los soldados y les dije que me iba a entregar que era guerrilleros me creía me siento es que es increíble ser nada llegaba ahí con los pies, me botaban sangre, asustado, casi llorándole y el soldado no me creía. El soldado me miraba así y me decía, chino quítese de acá, quítese de acá, que la guerrilla está acá y vamos a entrar en combate, quítese. Y yo, no, no, ayúdeme, ayúdeme, que en serio. Y entonces al último como que me veo atacado llorando tanto que me dijo camine pues. Y me llevó a donde estaba, tenía en el puesto de mando. Y me llevó en el puesto de mando y cuando, ¿y este pelado qué? Cuando él dijo, no, es que es guerrillero. Y el man, ahí sí todo el mundo, guerrillero al piso, gran hijo de tantas. Y me cogen en el piso yo. Y yo en el piso y eso me requisó, ¿usted lo requisó? No, ¿por qué no lo requisado? Y yo claro, el man, pero él decía, es que es un niño, véale esa carita, decía. Si en verdad no las creía, hermano. Y me sentaron y, venga, ¿cómo así? Y yo, sí, yo le conté la historia. No, a mí me sacaron de Granada Meta, de tal vereda, no sé qué, me llevaron a tal parte, me tuvieron en esto. Y ellos me dieron como sorprendidos. ¿Usted estuvo en la noche, en la toma acá? Sí, yo estaba por tal parte. Y ellos me dieron como sorprendidos. Usted estuvo en la noche en la toma acá. Sí, yo estaba por tal parte. Y ellos me dieron como así. Y ahí me tuvieron mejor protección acá en Bogotá. Y ya cuando cumplí mis 18 años, pedí reintegro a familia y me fui a prestar servicio militar. Cumplí el sueño. Este episodio fue traído a ti por Amazon. A veces la parte más dolorosa de la enfermedad es la parte mejor. Esperar en la puerta de un acercamiento, sentarse en las habitaciones de espera, estar en línea en la farmacia, eso es doloroso. 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Entonces yo aquí iba a volver, además que habían paramilitares en ese tiempo, ¿no? Entonces, peor. Entonces usted tenía enemigos por todos lados, entonces volvió acá, entonces era complicado, y lo peor era que los pelados que estuvieron conmigo se habían ido para los paramilitares, entonces sabían que uno lo había llevado a la guerrilla, entonces lo llegaran a ver, era objetivo militar, Entonces yo no podía volver allá y yo me fui a prestar mi servicio militar. Cumplí ese sueño. Además que yo creo que primero me sentía seguro y segundo yo creo que yo quería desquitarme de todo lo que me había pasado en la vida. De lo que esos hombres me habían hecho, de que me hubieran sacado, de que me tuvieran. Y me preguntaba de hacer que mi mamá pues había pasado mucho tiempo y yo el bienestar familiar la había contactado y nunca hablábamos pero mi mamá en la finca no había teléfono, no había como tenía que llamar al municipio y a la señora de entonces se llamaba Nunzay ella recibía la llamada y un parlante llamaba, julana de tal, de los caceríos pero como mi mamá estaba retirada, ellos le mandaban de la razón, díganle que llama en dos horas o en la tarde a tal hora la llamo o que me llame, pero yo no podía decir que era Julana, porque de pronto alguien le chismoseaba y mi mamá me negó todo el tiempo, no, yo no sé, ustedes se lo llevaron, díganme dónde está, entonces mi mamá todo el tiempo les reclamaba, cuando ellos preguntaban, ¿qué hicieron con mi hijo? Pues que ustedes lo lo llevaron ¿cómo me van a preguntar por él? y pues ella les armaba el show y les lloraba entonces los convencía y yo no sé mi mamá cómo se enteró la contactaron, mi ser familiar, pero fue una sorpresa muy bonita porque un día sonó el timbre y a nosotros no nos permitían abrir la puerta era una persona encargada de ¿cuándo Juan José abre la puerta? y yo ¿qué abre la puerta? Y yo, ¿Abra la puerta? Sí, volví a irte. ¿Abra la puerta Juan José? Y yo, me fui. Todavía un poco de seguro, cuando abrí el seguro y abro la puerta y mi mamá, yo ¡Ah! Tengo ese recuerdo de mi mamá en mi mente. Muy bonita verla y toda feliz. Mis hermanas, fui con mis dos hermanas. Fue muy bonito volverla a ver ahí. Como que más de un año había pasado, como que era una sorpresa la vida de tu... Volver a ver a mi mamá, que todo el tiempo la tuve en mi mente, por allá, a mis hermanos y volverla a ver, eso fue increíble. Y como que yo recuerdo eso y yo digo, eso parece que fuera una película, o sea, eso es una película. Ya me contaste una película, ya. Sí, o sea, eso... O sea, es que uno dice, ¿cómo un ser humano vive todo este tipo de cosas? Es increíble, ¿no? Cómo pasa, y eso que le estoy contando, le estoy narrando todo a la carrera. Claro, no me imagino. Demasiadas cosas. Hay muchas cosas que no... que se queda ahí, pero que pasé y que bueno, que no nos dé el tiempo nos tocaría que haga una serie aquí para adelante de pronto nos va a tocar de pronto nos toca hacer una serie óyeme, en tanto para ti creciendo en esa casa pues tan dura con ese padrastro después cuando te lleva la guerrilla, cuando te recluta ¿tú veías a hombres llorando? claro, yo también lloraba todo el tiempo yo lloraba y es normal, es que somos seres humanos lo que pasa es que nos pusieron eso de hombres pero pues a veces nos quedamos creemos que porque esa palabrita que dice hombre entonces es el que no debe llorar el que no se debe rendir, el que debe ser el más fuerte o el que debe tener el músculo más grande, el que debe ser marcado, el que no puede ser bajito, porque entonces, bueno, eso no es un hombre porque es pequeñito, pero yo creo que todos nosotros lloramos. Yo he llorado muchísimo y todavía lloro, lloro de las emociones. Yo creo que yo desde niño lloré tanto de adolescente cuando mi vida desde que el bombazo también llore tanto que hoy en día yo quisiera llorar como como lloraba de niño que a chorros cuando mi hijo llora así con esos chorros de lágrimas cuando yo quisiera no entiendo la razón porque hoy en día no tengo esa capacidad pero en el momento que mi vida cambia ese bombazo yo lloraba muchísimo así como dice como dicen, amoco tendido, ¿no? Pero hoy en día, hasta viendo series, viendo películas con mis esposas, yo termino saliendo de lágrimas. Y yo, ¡hágame el fuerte! Y cuando la volteo a ver, ella también está llorando, asomando. ¡Vamos a llorar! Y me emociono también cuando veo a mi hijo, cuando se graduó de su transición y también lloré, se me salieron lágrimas también cuando vi recibir a mi esposa su título de profesional de administradora de empresas. Estaba muy emocionada de verla cuando la nombraron, como por 10 segundos. Angie Paola, García Martínez, administradora de empresa. Y le dieron la mano y le entregaron 10 segundos. Pero se me salieron las lágrimas de tanta emoción de verla y decir, uy, lo logramos. Porque trabajamos en equipo. Y me tocó verla, cuánto le tocaba trasnocharse en sus clases virtuales. Y aparte de eso, como que levantarse muy temprano a 4 o 5 de la mañana, hacerme mi desayuno, alistarme a la bicicleta, ayudarme a vestir, a armar y despacharme a entrenar y luego correr a llevar a su hijo al jardín y luego llegar a acertar ellos y esa mujer fue pucha y uno dice que nosotros somos los fuertes, los berracos y dice esta mujer en que momento hizo todo eso y ya la veo recibiendo su título es algo increíble, entonces también se me salen las lágrimas de las cosas y las competencias también también lloré en una competencia en un mundial de ruta en Holanda porque tuve unas fallas mecánicas y de la tristeza, no me sentía perdedor, ni frustrado sino era como reclamándole a la vida, o sea, ¿por qué hijo de puta, por qué me pone tanto reto sea cuál es la huevonada que tiene que decir si me entiende sea todo lo que me ha puesto se lo he superado y por qué me preparo tanto por una competencia y me pasa este tipo de cosas desde me senté por abajo solo a llorar y lloraba y lleno de rabia y de todo y de ironía pero porque porque y entonces yo como que miraba hacia el cielo y dice acuerda huevonada conmigo que lo que tiene contra mí la tiene montado que la pregunta y mientras lloraba me acuerdo tanto que llegó un ciclista de un ciclista de nueva zelanda que yo había perseguido mucho el grupo que me cayó la cadenilla y claro todo el mundo me pasó mientras logramos subir cadenilla me ayudaron y empecé a perseguir a perseguir y perseguir con el alma y él me cogió rueda y me aguantó como dos vueltas y el man se desprendió al último cuando me vio allá decía que era muy fuerte que yo era muy fuerte y mejora sabe yo yo como que no me toque de villano quería que me tocara pero me llamó muy fuerte colombiano colombiano muy bueno muy bueno me decía muy bueno muy fuerte muy fuerte ella como que a esp palabras empecé a creerme, me dicen, yo soy muy fuerte, de verdad. Y yo, ah, soy tan demasiado fuerte que usted me sigue retando. Y ya paré de llorar y me fui. Ya, ¿qué? Ya, ¿qué? Pero sí, claro que un hombre también debe llorar. Y es bueno llorar. ¿Y cómo era la instrucción de la guerrilla o el ejército, por ejemplo? ¿Había alguna referencia a eso? No, yo creo que, bueno, la verdad es que eso es hace tantos años y pues para mí no fue como tan importante ellos, pero pues todo el tiempo, yo me acuerdo de todo el tiempo, era que era todo tan controlado, entonces el baño era controlado, las formaciones, el refrigerio, que le daban a uno el tinto, ir a tomar tinto era regulado, el desayuno era regulado. Yo me acuerdo que eso a toda hora uno comía era sopa ahí de, nosotros lo llamaban cancharinas, como unas tortas que hacían de harina de trigo todas grandes y un vaso de chocolate y arroz. Y bueno, le daban carne a uno porque iban y le quitaban a los campesinos una vaca y llévesela. O la gente, los miraban y, ay camarada, coja una vaquita. La diferencia, ¿no? Pero todo el tiempo, claro, todo el tiempo le estaban dando cátedra, entonces empieza a haber una transformación ideológica, que empiezan a sacarte todas esas cosas bonitas, o al menos lo que mi mamá me enseñó, ¿no? Ese respeto a los demás, a trabajar, a cuidarlos, a los otros, porque a mí me tocaba, mi mamá me enseñó a cuidar a mis hermanos, allá era todo lo contrario, entonces era odiar a otro tipo de personas que yo ni conocía, entonces todo el tiempo era hablar de los burgueses, que el a no sé qué, que el empresario, que esto, que el paramilitarismo, que el ejército, que el ejército son unos asesinos, entonces todo el tiempo te están metiendo tanto eso que al último usted termina odiando al que no conoce, empieza a odiar a alguien que nunca lo ha visto, nunca ha ha compartido con él pero tú lo detestas, lo odias quieres acabar con él, entonces todo el tiempo le estás metiendo ese tipo de cosas entonces afortunadamente yo creo que cuando me hablaban mal de los soldados yo tenía ese acercamiento a un soldado que yo nunca les dije, pues yo no creía porque mi hermano no era un asesino mi hermano no mataba a nadie entonces yo sabía que los soldados no eran ningunos asesinos como me los hacían mostrar como nos decían, como nos hablaban porque yo sé un hermano y yo sabía que mi hermano no era un asesino, entonces yo no creía eso por eso seguramente no me quedé en ese mundo porque de pronto si yo hubiera sido de los que les gustaban las armas yo a veces pienso hoy en día Juan que si de pronto el uniforme que a mí me hubieran dado hubiera sido camuflado en la pinta de los soldados de pronto hasta me hubiera quedado allá, de pronto el uniforme que a mí me hubieran dado hubiera sido camuflado en la pinta de los soldados, de pronto hasta me hubiera quedado allá. De pronto hubieran logrado cambiarlo porque hubiera sentido esa conexión, pero odiaba ponerme ese uniforme y gotas de caucho que me daban ellos. De pronto me hubieran dado gotas militares, algo que tuviera una conexión más con la fuerza pública, con ser soldado. De pronto me hubiera resignado, pero seguramente que no me hubieran dado ese tipo de cosas no me llevaba a esa resignación y ser soldado no era muy bonito la exigencia bueno no era como tan bonito porque a nosotros no nos gusta que nos exigen pero esa formación física de hacer fricciones de pecho y como que como que las odiaba pero después usted empezaba como a verse como de una forma mejor, como fuerte, como cuando salir con esa libertad a trotar por los municipios y la gente para darse a ver a los soldados con ese respeto y esa admiración aunque uno salía oliendo a cachupe, ¿no? Usted es soldado, recluta a uno, claro, y es entendible, o sea, no es un secreto, usted es del sudor, usted no le da tiempo ni de bañarse, a toda hora todo corriendo, pero usted sale así a trotar, uno dice, ¡Ay, soldado de Colombia, tres palabras que yo llevo! Y todo el mundo, ¡Uy, los soldados le van a trotar! Entonces uno, y enseñarle a trotar, a no esconderse, porque no le enseñan a esconderse, entonces aprender derechos humanos, hay que prestar unos primeros auxilios, no esconder, que si su compañero quedó herido, acabo de matarlo, si está muy grave, mátelo y arrastrelo y vamos a botarlo, tenemos que enterrarlo, todo lo contrario. Entonces como que eran cosas bonitas y que usted a toda hora decía, mí, mí, cuando usted se refiere a mi mamá, mi hermano, mi cabo, mi serrento, mi capitán, y en esos tiempos era como ese respeto, porque era un respeto muy grande que a usted no se le podía acercar al comandante a tres pasos, era esa disciplina y ese respeto tan grande. Algunos hoy en día critican, dicen que eso es humillar y hablan cosas, pero pues para mí no, era un respeto. Igual que uno con la mamá, uno no le hablaba con respeto, los papás con respeto. Entonces era bonito como pues yo soy de la vieja guardia, entonces ese respeto que los papás con respeto entonces era bonito como pues yo soy de abijah guardia entonces ese respeto que me enseñaron esa cortesía de saludar de saludar a quien miraba buenos días buenas tardes buenas tardes mi coronel buenas tardes entonces esa cortesía y cuando usted está en el rancho de tropa donde llegue llega a su superior y usted lo anuncia y todo mundo se pone de pie es ese respeto no es algo bonito ese respeto y eso me encantaba mucho ese tipo de cosas, mi uniforme por supuesto, pues ponerme mis botas, pero que pues para ponerme ese uniforme tocó ganárnoslo, darle vueltas a un palo, vuelta la gorra por la gorra, vuelta el palo por la derecha y salíamos corriendo como 300 metros y llegábamos ahí y a los primeros cinco le entrego uno, tres, cuatro, cinco, coge su gorra y el resto otra vez palo, vuelta el palo por la derecha y así le iban entregando hasta que el último imag el último, imagínese, éramos 35, el pelotón, y sacan día cinco, usted le dio la vuelta de palo por la gorra, le faltaba la guerrera, le faltaba el pantalón, le faltaban las botas, y de vuelta es uno, cuando usted le entrega ese uniforme, ya como que no, ya no lo quiero poner, y eso no era nada, lo peor, cuando usted, list usted listo se ponía su uniforme van a van a sudar el uniforme y otra esa fortalecimiento físico pues usted pone su uniforme oye has mencionado dos veces el bombazo yo realmente no yo no sé tú mencionaste bombazo pero yo no sabía el bombazo yo realmente como te digo yo lo único que sé es que sos un puto para montar en bicicleta o sea, fíjate además lo bonito de lo que son las percepciones, ayer cuando le decía a mi hijo le decía, oye mañana voy a entrevistar a un man que es un duro montando en bicicleta y el man no tiene no tiene manos, no tiene una pierna o sea montándonos una pierna, y sabes que me dijo mi hijo me dijo puta esa pierna que tiene que ser muy fuerte, él en su mente lo primero que pensó es duro como va a tener esa pierna, no? que verra, no se fue para lo otro, se fue para el drama, ni ay, como hace de una vez me dijo, parce, que belleza, Entonces, como después nos vamos a meter ya en la bici, pero tú has mencionado el bombazo, ¿cuándo fue eso? Eso fue el 12 de julio del año 2011. Nosotros las FARC vuelven y se presentan ellos en nuestra vida. Pero mira, Juan, yo quiero hacer aquí un alto y decirle que cuando yo los nombro, pues primero no es por hacerlos que sea embajador de ellos, ¿no? De pronto sí, embajador de la paz, digamos. Yo lo hago es porque, y lo hago en las universidades, en las empresas donde me presento para mis conferencias, yo lo hago porque, no es porque quiera sembrar odio, sino yo lo hago es para que las personas no olvidemos las historias. Es que cuando uno olvida las historias, las verdaderas historias tienden a repetirse y no podemos volver a que eso suceda en nuestro país, un país que está en las evidencias de toda la sangre, las partes de cuerpo que se han perdido y las vidas humanas que se han perdido para evolucionar un poquito, entonces no podemos olvidar esa historia realmente. Y porque esto, quien me hizo esto, tiene un nombre propio, o sea, eso no es un accident, ni fue una curiosidad de la vida. Mire que nosotros los colombianos nos hemos acostumbrado tanto o nos hemos adaptado tanto al tema del conflicto armado, ha sido como tan normal que pongan bombas, es tan normal ver soldados policías, soldados policías, amputados, niños, campesinos, que ya es como normal, y lo llamamos un accidente. O sea, mire cómo estamos de acá, ¿y usted qué? ¿Fue un accidente cuando se da parte del ejército? Y a mí me da como risa, o sea, ¿un accidente? O sea, ya es como algo como normal, como cuando vamos conduciendo el vehículo por la calle y vemos una moto allá debajo de un cargador, es un accidente, ¿sí? ¿Me entiendes? Es como algo como tan normal, pero eso no nos podemos acost acostumbrar ese tipo de cosas también estos señores en el 2011 nos pusieron artefactos explosivos en una bolsa el cual yo no sé si la moví si la apreté solo sé que se explotó se explotó me voló las manos se voló mi pierna me mejor y es en mi pierna izquierda toda tengo poridas en mi piernita izquierda, todavía tengo por aquí, se alcanza a ver las quemaduras, aquí tengo esquirlas, hasta hace poco se me acabó de salir una de acá, siempre me vivía roja, se me enconaba, hasta que de un momento a otro salió el pedazo de metal que tenía y toda esa parte de aquí quedé lleno de esquirlas, tengo esquirlas en mis dos ojos, hace poco me descubrieron esquirlas en el otro ojo, no sabíamos que tenía aquí en la parte interna del ojo tengo esquirlas, este ojo tengo esquirlas, tengo desprendida la retina se me estalló el cristalino y tuve una sutura en la córnea y tuvieron que suturar para que no se me saliera el líquido del ojo. No se puede recuperar, soy ciego del ojo derecho. Me reconstruyeron los oídos. Mejor dicho, que no, es más fácil decir lo que me quedó. Ese diagnóstico es muy largo. Me quedó una pierna, me quedó una pierna y me quedó lo más grande que todos lo tenemos, la vida. Me quedó la vida y un corazón grande que bombea sangre con un verraque y unos buenos pulmones para pedalear y para echar para adelante. Me quedó la vida para inspirar, para mover y para perseguir mis sueños y para dejar de alguna manera el odio, porque no es un secreto que odie mucho. También lloré demasiado, yo lloré mucho por esto también. Y no sería hombre si dijera que no hubiera llorado, yo creo que no sería hombre, yo digo que no, yo no lloré, es una felicidad la iba a escuchar, no, yo sufrí mucho por esto, la verdad, hay momentos donde todavía a veces cuando me cogen, a veces me dan como una especie de calambre, dicen los profesionales de la salud, que son secuelas del miembro fantasma. ¿El miembro fantasma? ¿Lo sientes todavía? Sí, no, no siento la extremidad, pero sí empiezan a darme como corrientazos, como corrientazos, y es una mierda. Eso no hay nada, se puede tomar medicamentos, eso no calma nada. Entonces son dos, tres días donde lo vivo yo. Algo que también la vida me ha enseñado es que mi familia no tiene por qué cargar con lo que yo estoy sufriendo, ni mi esposa ni mi hijo. Entonces cuando ya me lleva a un punto que como que me cansa, que ya me jodo, soy un ser humano entonces el estrés me coge. Entonces lo que hago es como aislarme un poquito, a vivir lo mío, mi dolor y entonces yo, nada y ya, porque mi esposa no tiene por qué o mi familia, mis amigos no tienen por qué cargar con lo que yo estoy sufriendo y cuando digo cargar, ella claro, ella se siente mal, mi mamá todos porque me ven cuando estoy con los corrientazos y eso es brinque y brinque y esa incomodidad ¿Pero te duele? No, no duele, es que doliera es un corrientazo por dentro, como si le hiciera una descarga de corriente y empieza cada no sé, cada cinco o diez segundos tú estás así cuando y salte y qué pasa y ya sabes, entonces, aunque sé que ellos se sienten mal por lo que quieren ayudarme pues yo no empiezo a estar enojado, a estar echando madrazos, eso sí no debería ser tu nombre entonces es como que enfrento lo mío, trato de hacer bromas, de jugar, cuando ya llega un punto donde ya es como que me saca de mi zona, entonces me voy solito y me acuesto, y yo, esposa déjeme por acá solito, y ya, yo me quiero ir a montar en la bicicleta, pero ya no, porque de pronto se le torean más, o de pronto me da da un corrientazo y en la bicicleta pues me caigo. Entonces me tuve que quedarme allá y quedo ahí hasta que el cansancio a veces me logró dormir. A veces las personas creen que fue solo el bombazo, pero yo creo que ese bombazo ya explotó y ya hizo lo que hizo, pero lo más difícil son las secuelas que vienen ahí para adelante. Los sueños, porque aunque he superado muchas cosas, y en las redes, en los medios, en la bicicleta, donde me presento la gente me ve sonreír, y dicen, usted, qué chero, usted ya lo superó todo, pero hay cosas que quedan en la mente que no, no sé si se puedan superar, hay cosas que, y se repiten en los sueños, donde ves volando, donde, que lo secuestran, donde estás en combate, donde ves que se leiten en los sueños donde es volando donde lo secuestran donde estás en combate donde ves que se le caen las manos donde se le caen las piernas o sueños donde voy corriendo y me veo con mis extremidades y me ofrendó pero porque tengo porque tengo mis manos y yo no las tengo para que se pronto lo alcancen a entender un poquito la dimensión es como cuando cuando usted ve a alguien vomitar que se le da como ese repudio y quiere como como trasbocar también así es cuando yo me veo con manos en mis sueños entonces si yo en un sueño me veo con manos yo es como que porque tengo y ese es el desespero y ella ya me despierta porque ya sabe que yo empiezo a brincar en la cama a moverme y ya me despierto y yo estaba soñando con manos qué feo es horrible es horrible es horrible los sueños. Entonces hay muchas cosas que quedan ahí y que hay cosas con que toca aprender a convivir con ellas. Hay que aprender a convivir con ellas, como adaptarse a que usted depende de otra persona, a que tiene que tener esa paciencia de esperar, porque a veces uno quiere que, y algo con lo que yo al inicio sufría mucho, alcánceme el tinto, entonces como que, ah, ya voy, y tener que sentarse a esperar a que se lo alcance, entonces a veces yo quiero un tinto, entonces como que yo queriendo, mi mente tiene la capacidad de hacerlo, lo sé hacer, pero ir a hacerlo es muy difícil para mí, corro mucho riesgo, aunque hay mucha tecnología que ayuda, pero igual se me sigue presentando la dificultad demasiado grande. Entonces lidiar con ese tipo de cosas es difícil. Querer abrir una puerta de la casa y resulta que es con llave. Tener que sentarme hasta que mi esposa llegue. Entonces, que hoy en día la tecnología, claro, ha venido cambiando, entonces uno, uy, ya quiero hacer estos cambios. Entonces, como que uno de los mundos con que yo sueño ahora es mi casa, que al nacer detrás de cama le contaba que la estoy construyendo, yo quiero que tenga una chapa inteligente, que yo llegue y pueda digitarle algo y que ella tampoco tenga la preocupación de, él va a llegar y qué va a hacer si no puede entrar a la casa, cómo lo va a hacer. Entonces, hay muchas cosas con que no son las heridas, porque a veces las personas se quedan en lo duro, en lo, uy, claro, bombazo, no es que vivir sin manos, es vivir la vida haciendo cambios, haciendo adaptaciones. A querer tener ganas de orinar usted, ir solo y tener que ir a lidiar con una persona que, decirle, oye, ¿a quien le pido el favor de que me ayude en el baño estoy que tengo chichi que me y entonces decirle a alguien disculpen pero sí señor me pones informe puede ayudar a sabotonar porque estoy que me orino en enojarse en insultarlo entonces se agacha la bueno se hay listo señor muchas gracias con ha de responder con un marazo entonces para que tienes así juega tantas manos y no las presta si entiende ir a buscar a alguien entonces yo salgo porque ya lo he vivido me tocó vivir en el terminal acá en bogotá yo venía solo y entonces es limitarse a no tomar nada durante el viaje a adaptar su mente y su cuerpo a no tomar nada durante el viaje para cuando llegue al destino final que alguien me va a acompañar ahí hay si querer tomar algo y entonces yo con muchas se mató en la casa se metió en la casa efectivamente llegando a Bogotá, esas ganas de orinar. Y entonces la mente empieza a juzgarte, ¿no? Porque, uy, yo no debí haber tomado nada ahorita y empieza más y más y llega al terminal y dice, oh, Lorenza. Y yo dije, ¿a quién hago? Dígamelo a un hombre que se me entiende que de pronto era un poco más de confianza. Entonces, señor, ¿me pasa un favor? Sí, señor. Entonces lo ven a uno primero como que, si uno me va a robar las manos, este hermano no tiene manos, me va a quitar. Sí, cuénteme. Es que estoy que me entró, le sacaron ese valor para decirle. Es que estoy, no, ¿a usted qué le pasa, hermano? Respéteme, me dio cara de qué. Yo, gran hijo de... Y fui y busqué a otro, le dije, hermano, ¿me hace un favor? Mire que... No, no, no, hermano. ¿A usted qué le pasa? Y al último me tocó, me dijo, fíjese es no no no no no hermano que le pasa y al último me tocó mi hija la señora del baño que dice que usted va a entrar al baño ahí me puede hacer un favor mío sí señor cuente es que necesito entrar al baño pero no tengo como desabotonar me y el hecho a dos señores no me quedan ayudaría ya sí claro yo lo ayudo no hay ningún problema señor vamos y el señor a ella temblaba obvio es que es algo que nos adapta y tiene sus manitos temblan regando me a soltar de pantalones y yo el alquiler de orinar no podía como que eso me había apretado y el señor acá y no me puede soltar eso me dejó la cremallera y porque yo rezo lo puedo hacer solo yo creo que como un nudo y tocó cogerse lo hice tiene que correr pues cojas en lo que no pasa nada entonces fui gorin y me tocó en el con los pantalones casi que se me caían la enseñó remoto no hay bueno muchas gracias y yo y me saló ir con los pantalones casi que se me caían, le enseñó el rey a otro, le dije, bueno, muchas gracias, y yo fui y me salvo a esta señora la vida. Si no me iba a tocar irme en la ropa, ¿qué más hago? Que se ve que son cosas difíciles, o sea, no es solamente eso, no es solamente la gente cree que es lo que le quitaron, es con lo que tienes que vivir de ahí en adelante. Pero qué locura, ¿no? El paradigma social, hermano, y... No, no, ¿cómo así? Es que yo soy... Como que siente que pueda atentar contra su hombría. Exacto. Ayudar a otro ser humano. Ayudar. No va a hacer eso. Eso me parece fuerte, hermano. Y te ha pasado al revés, como que te haya conmovido alguien que te haya realmente como ayudado a una situación así. Sí, es bonito. A veces voy... Yo soy fanático del tinto ya sabe y es bonito porque me ha sucedido que voy en partes donde entonces quizás que le provoca un tinto y entonces dice las personas que hacen su trabajo con amor con pasión que es mesera pero que yo creo que lo hacen con ese amor entonces lo ven a uno y ay disculpe, le traigo el tinto en dos pocillitos, en dos plásticos, entre dos vasos plásticos y yo me emociono tanto, digo que bonita y me traen, le aplico, le dije ¿quieres que le eche la azuquita? y yo no, yo no es que yo tomo sin azúcar, o a veces para que yo no se sienta mal, yo si, ay si que bonita, muchas gracias y necesita que se lo ayude a revolver y yo siento, yo le hago una broma así porque me meto el dedo, me quemo y suelta la risa suelta la risa y me ayuda, entonces uno es bonito mire que usted no tiene que decírselo y yo no creo que en la cafetería, en la panadería el jefe los coja y les den esa capacitación o donde tú estudies para donde vaya la capacitación para ser mesero, yo no creo que ya les digan, si usted ve llegar una persona sin brazos, échale el azuquito. Eso no se lo dicen. Tiene que hablarle bonito, convénzalo y que le compre el producto, porque es el proveedor. De resto no. Y es bonito. Entonces cuando a ella le llega, usted le dice, incluyamos el servicio. Por supuesto, incluyalo, porque fue un poco más allá. Y yo creo que uno tiene que aprender a ir un poco más allá siempre. Pero sí me ha pasado muchas veces ¿cuánto tiempo llevas casado? no yo no me he casado todavía no te has mirá mirá por ahí se ríe por ahí se ríe estamos en eso ¿usted me ve anillos? ah bueno yo sé quita el zapato hermano yo uso anillo pero no de los dedos con razón aguanta el tinto Yo uso anillo, pero no de los dedos. Con razón aguanta el tinto, güey. Con razón la señora está en la mañana. ¡Suscríbete al canal! State Farm is there. Cuando decimos que podemos decir lo que queramos, que podemos decir lo que queramos. ¿Cuánto llevas con Angie? No, ya vamos a cumplir ocho años. Ahorita el 11 de abril cumplimos ocho años viviendo los dos. Ocho años, o sea que, ocho años. Y esto fue en el 2011, o sea que Angie te conoció después de, después de, ya en el momento que Angie te conoce, yo no voy a hablar de superado porque pues es una huevonada, pero tenías este, tenías este espíritu que tienes hoy en día. Ya había superado, mire, es muy curioso porque había superado muchas cosas hasta ahí. Vamos, muchos temores, como aprender a salir solo a la calle, aprendí a conducir un vehículo, fui nadador, entonces ya yo nadaba, había aprendido a ir hasta el baño solo. ¿Eres nadador antes? Sí, yo fui nadador antes de ser ciclista, fui nadador. Yo he superado muchas cosas y estaba entrando en ese mundo de la bicicleta. Cuando conocí a Angie estaban empezando mis primeros pedalazos, apenas era ahí con la locura y empezamos la relación bonita con Angie y a ella le tocó vivir todo ese proceso de adaptar, ayudarme a adaptar la bicicleta y aprender a coger un taladro y hacer huecos a un manubrio y yo de tratar de explicar y es complejo el tema porque yo decirle a usted yo digo se haga un huequito aquí entonces usted escucha ahí pero en qué parte exactamente si o no entonces como que aquí aquí es porque no me entiende como que viste me entiende era como como que ese tipo de cosas y yo también iba aprendiendo eso porque claro si uno ve pues yo digo aquí no sabe exactamente dónde le estoy señalando le tocó aprender a vivir todo ese proceso conmigo y hemos venido creciendo los dos y yo también aprender a ser esposo porque pues yo se había tenido yo tengo una niña de 17 años ya cumplió 18 años pero yo nunca conviví con su mamá solo de visitas cortas y enérgicas pero ya nada más cortas y enérgicas bueno pero a veces no tan cortas hombre no sé tampoco así yo nunca pues ni uno aprendió lo que era ser esposo de pronto novio sí pero pues llegar a ser formar un hogar aprender a respetar también ya no tener que yo no quiero llegar a la casa y no llego y no pasa nada antes pasa yo no llego y listo nada antes para acá yo no llego y listo apago el teléfono y ya se entiende entonces aprender todo ese tipo de cosas pues el inicio como todo es difícil adaptarse a uno pero fuimos conociendo y aprendiendo a comunicarnos a hablar las cosas y de a poquito es lo que hay mismo no fue de a poquito como la relación con tu con tu hija mayor pues la verdad hasta hace ella era como muy distancia de mí porque ya no pues nunca no se creó conmigo sólo en sus vacaciones pero ya ahora lleva como dos meses viendo conmigo y ha sido bonito también conocerla y así un reto para mí porque como compartir el amor para los tres no entonces como que no y a veces como con nervios de exigirle algo porque yo nunca he estado como esa parte de presencia de padre en su vida y como ir a exigirle algo, porque como yo le decía, volviendo a la historia, cuando conocí a mi papá, después de mis 18 años de estar prestando servicio militar, y yo decía, si este niño viene a exigirme algo, yo le echo un madrazo. ¿Cómo fue ese encuentro con tu papá? Perdón que te interrumpa. Sí, no, ¿cómo fue? No, primero conocí a mis hermanos Después descubrí que tenía un hermano menor que yo Entonces por conocernos a los dos Él era emocionado Pues yo no mucho porque pues yo Para mí mis hermanos, hermanos Eran los con los que yo me crié Y ya después conocí a mi papá Y no, hermano, señor, ahí yo pues con Primero con mi ego y mi orgullo de haber sido soldado Pero con todo, con mucho respeto Y hola Juan, hola Y hola señor, señor, ahí yo pues primero con mi ego y mi orgullo de haber sido soldado, pero con todo, con mucho respeto. Y yo, hola Juan, hola, y hola señor, ¿cómo le va? Y yo, la verdad, nunca le he dicho papá de frente, no, a mí no me... Esa palabra la digo así, eso porque mi esposa es que yo ni en una entrevista yo le decía a mi papá. O sea, yo poner ese mi papá para mí no me salía, pero no sé si algún día se lo diga de frente, papá, pero pues por ahora no me salía pero no sé si algún día se lo diga de frente de papá pero pues por ahora no me sale yo siento que aunque yo quisiera esas palabras como que no salen de mi pecho entonces volviendo a tu hija entonces ahora tienes pues es la hora que toca aprender a ser papá de un adolescente y si aprender a ser como que como que a veces cosas ahí como que hago como que a veces leer alguna cosa por ahí a ver qué pero digo no no, no, no, yo tengo por qué, por lo que dice un artículo acá, él ya es un ser humano, entonces es como irle llegando a esa parte, conocernos un poquito, y ella también a mí, entonces me abraza, entonces ahorita lo bonito es que mi hijo le pone solo su bailaquita, entonces para él también ha sido algo sorprendente ahí de como que hay otra persona, ella que siempre ha querido a su hermana, pero ¿por qué mi hermana no vive con nosotros? ¿Papá, cuándo viene mi hermana? ¿Por qué mi hermana, mi hermana, mi hermana? Y claro, llegó y los primeros días bien, pero ya empezó como, oiga, me está quitando el amor de mi papá, entonces ha sido como poner todo en una balanza, como a mi esposa también hablarle bonito porque sí, y a mi hija, porque yo le hablo bonito a mi esposa y no le hablar bonito a mi hija, entonces como que, entonces a veces mi esposa también me reclama, pero ella le está hablando más bonito a su hija porque yo le hablo bonito a mi esposa y no le hablo bonito a mi hija entonces como entonces a veces mi esposa también me reclama pero ayer le está hablando más bonito a su hija que a mí y uno dice le toca porque será verdad que me estoy centrando mucho sí, será mucho que me estoy centrando y seguramente sí porque seguramente uno quiere a veces uno no sé por qué uno se preocupa si es que por hacerlo bien hágalo ¿sí me entiendes? pero a veces como que venimos a veces tantas conversaciones que hemos tenido sí a veces pareciera que pucha que venimos venimos que es como si veníamos como rotos ¿no? es como que venimos de familias fracturadas que a su vez vienen de familias fracturadas o es como como historias que se nos repiten y de repente como que ahora es como si tuviéramos una oportunidad de cambiar las cosas, si yo vengo de un papá alcohólico, pues yo no voy a ser alcohólico si vengo de un papá que me pegaba, pues yo no vengo de eso, ¿tú crees que el bombazo te cambia como hombre? es que bueno, es el regalo de la vida, ya lo he dicho muchas veces es el regalo de la vida yo creo que no como hombre, sino me cambio como ser humano. Empiezo a ver la vida diferente. Y eso, claro, para llegar a ese punto tuvieron que pasar muchas cosas por mi vida. Tuve que pasar muchos momentos, muchos momentos. Es un proceso. Pero entonces, en mí está si realmente yo quiero hacer cambios bonitos o me quiero quedar en ese ser humano que era antes. Porque eso sucede en muchos, o busco esos beneficios para vivir de la lástima y del pobrecito, entonces en qué está, en dónde estoy, o quiero hacer cosas diferentes, ya que soy un ser humano diferente, o al menos en el cuerpo soy bien diferente, que llama la atención, pero la quiero llamar por como soy, por unos brazos cortos, por una pierna, por las cicatrices, por una historia o por lo que puedo hacer, o por lo que puedo darle una enseñanza al mundo y a mi familia de que se puede tener un hogar, que se puede tener una esposa, que se puede respetar, que se pueden trabajar entre juntos con todo el amor del mundo y sacar sus sueños adelante, que se pueden trabajar por ellos con todo el amor del mundo y sacar sus sueños adelante, que se pueden trabajar por ellos y que pueda hacer cambio. A mí un bombazo me cambió, pero yo puedo cambiar y puedo hacer que otras personas también de alguna manera cambien un poquito. Entonces, en eso está. Entonces, es construir. ¿Cómo se llega a eso? ¿Cómo se llega a esa construcción? Porque yo me imagino que no hace, a te parar el bombazo, ah, bueno, no, buenísimo, claro, aquí ya entendí todo y es que no. No, no no no no claro no pasan las lágrimas no porque entonces la rabia si no ahorita todos se van allá para el catatumbo a buscar bombas no vaya a la solución a donde está la solución pum digo voy a llorar porque la solución no era perder una pata no eso fue un proceso y que cada día lo voy descubriendo. ¿Cómo lo descubro? Cuando veo que las cosas no funcionan. Entonces, ponga un ejemplo. Si quieres ir a hacerte 100 kilómetros, como que montaba en bicicleta, ¿cierto? Quieres hacerte 100 kilómetros, pero nunca montaba en bicicleta. O sea, nunca, ni siquiera, ni de niño montó. Ni siquiera sabe montar en bicicleta. Y entonces te coges, vives una pasó por la bicicletería, ¡ay, qué bicicleta tan linda! Esta es como la que monta, no sé, Nairo Quintana, la misma marca, o la que monta Mochomano, la que monta Juan Pablo. No, es que no tiene... Se la compró, no sabe ni montar. Y se va a montar y va a arrancar y no le funciona, entonces se va a encerrar a llorar porque no le funcionó. ¿Cierto? Entonces se quedó ahí estancado. No le buscó una solución, una salida. Entonces yo también lo mismo. Entonces no crean que la primera, ¡uy, no, si no, ¿cierto? Entonces se quedó ahí estancado, no le buscó una solución, una salida, entonces yo también lo mismo. Entonces no crean que la primera, uy, no, si no, no, no, entonces es como dejar el dolor a un lado, dejar, quitar ese, como que ese no puedo, yo no soy capaz, poner allí ese odio, ese rencor, y empiezo a centrarme en lo que tengo que cambiar, en cómo puedo lograr eso, en cómo, entonces, ah, es que yo no sé montar en bicicleta, ¿cierto? en el ejemplo, entonces me monto en una bicicleta y caigo a poquito y me hago, ah, ya aprendí a montar en bicicleta, ah, ya sé cómo es manejar los cambios, ya sé que cuando voy subiendo, pues pongo el plato pequeño y el piñón más grande y lo voy a hacer más fácil, que irme simplemente en ese piñón pequeño y en ese plato más grande es ir aprendiendo, ir experimentando ir tocando ir disfrutando, ir dando cuenta y no quedarse en eso, sino ir mejorando ¿Sabes qué? En esta, digamos, segunda etapa de los hombres si lloran porque nos lo han preguntado mucho hablamos mucho sobre salud financiera sobre lo que hacen las finanzas sobre salud mental para ti ha sido importante el tema de las finanzas sobre salud mental. Para ti, ¿ha sido importante el tema de las finanzas y organizarte financieramente? Y pues, estás hablando de que vas a construir tu casa, o sea, eres un tipo que está organizado financieramente. Pues, organizado, yo soy el más desorganizado mental, es mi esposa, es que siempre necesitamos ese, bueno, algunos dicen polvo a tierra, pero necesitamos esa que nos haga, que tenga otra visión, otra visión y que se le ayuda a complementar con la mía que es yo veo por un solo lado y es para allá pero tengo otros dos que se dedican venga venga por ahí no es por acá entonces si la verdad si esta parte financiera si es muy realmente yo no le doy mucho yo soy muy desprendido de todas esas cosas, pero más Angie si es más centrada y me hace sentar más mi pie sobre la tierra entonces a veces yo, porque a veces uno se deja llevar más de las emociones como en la bicicleta, me voy a tirar aquí pero ella, no señor, espera un momentico entonces como que oye, yo quiero construir mi casa, entonces ella, pero ¿por qué la quiere? entonces yo le doy los argumentos por qué quiero y ya ella después me dice oye si, me parece, estoy pensando en esto, esposa, además esto, vamos a hacerlo así y ya ella es la que empieza con sus números, entonces oye no, sí, podríamos coger de aquí, entonces empezamos a tener ese plan B por si esto no nos funciona, entonces de dónde vamos a conseguir para no estar, porque sí, infortunadamente la parte económica es algo que si no le afecta, yo que sí a veces muchos se van porque a veces es como si no lo tengo entonces buscamos la estrategia de ir consiguiendo los recursos porque a veces queremos tenerlo todo ahí ese bolsillo así como están organizados y calificarse entonces decimos entonces Angie bueno si nos metemos en esta vaca loca de hacer una casa entonces empezamos pues empezamos entonces de dónde vamos a conseguir el recurso entonces no con tus conferencias entonces ya y si no empiezan a funcionar las conferencias que si no empiezan a llamar mucho que entonces ellos que yo soy profesional que yo busco trabajo una empresa entonces como empezamos a organizar entonces vamos a movernos y empezamos a correr riesgos a correr riesgo pero no los corros o los corremos los dos luego empezamos a correrlo entre los dos y las cosas no funcionan pues a nosotros nos funcionan muy bien, es ese trabajo, yo le hablaba ahorita del trabajo en equipo, o sea, no es solamente el Juan José, a veces todos creen, no, es que usted, es que lo admiro y a mí me da risa y entonces hay personas que cuando escucho, yo lo admiro, usted es un perraco y yo veo a mi esposa aquí a mi lado y la ignoran y si cosas que a mí me ofenden es que me ignoran a mi esposa y yo la volteo a ver a ella y si supiera que Juan José es gracias a ella, claro yo tengo las secuelas, pero ella día a día la responsabilidad de este Juan José que conocen, ella es la que me tiene ahí montado en una bicicleta. Compadre, y ya como para ir redondeando esta conversa porque si no, como dices tú, nos quedamos una semana. No, toca dejar otro capítulo. En esos, lo haremos, lo haremos. Un día nos podemos hablar de otra cosa. Pero en esos días complicados, en esos calambres, en esos días que todos tenemos, hermano, ¿cuáles son las herramientas que tú has construido durante estos años que te mantienen acá y te mantienen adelante? Bueno, primero, algo que yo pienso mucho es en mis propósitos, en las metas que tengo atrasadas. y ahí cuando hablo de metas entra todo, en lo personal, en lo familiar, todo entra ahí y otro es, yo pienso mucho en eso, entonces eso como que eso no me deja derrumbar, lo otro es que la responsabilidad, digámoslo así, que tengo también con las marcas que me contratan a mí y que me pagan por hacer mi trabajo. Entonces, que a veces quisieras tirarme allá y no hacer mi mierda más, como mucho me pasa, pero sé que tengo la responsabilidad y tengo unos ojos encima, entonces hay que ser responsable en la vida. Entonces digo no, esto no es para quedarme aquí, como me quedé después de ese 12 de julio que volé y me encerré, no, esto va a pasar y lo voy a superar. Y lo otro que yo le decía, ¿acuerdan? Le contaba la historia de mi adolescencia, esos momentos difíciles que viví, que digo, eso no es nada, aquí me ven unos calambritos, eso va a pasar, ojalá si hubiera sido esa vez cuando no me tenía nada. Entonces, solo lléname un poquito más de paciencia que a veces trata de acabarme pero ya sé que lo voy a lograr y que también hay una familia, hay un hijo que quiere ver siempre a su papá sus papás de pie una hija también que no quiere ver a su papá yo como le voy a decir a mi hija cuando por el desamor se quiera encerrar a llorar y yo como le voy a decir, oye hija pero ya está bien llore porque yo no le voy a decir oye hija pero ya está bien llore porque yo no lo sé ni no tiene porque yo si me pone a llorar por un desamor cuando llega el momento de amor famosa y empieza a llorar porque la novia o porque la niña no le paro le puso a llorar por los hombres no tienen por qué llorar llora y me siento a llorar pone venga lloremos los dos vean qué pasa leo tiene toda la razón pero venga vamos a seguir adelante porque si yo me encierro por unos barracos calambre porque me cogió un dolor en el brazo y cuando yo la decidirá mi hijo como se lo exijo entonces no solamente el discurso de la palabra no es el ejemplo es el demostrar el de construir entonces me aferro de todas esas cosas bonitas y de las que he logrado entonces a mi me encanta que yo logro montarme una bicicleta y cuántos dicen que nunca van a montar bicicleta? ¿Cuántos dicen que no se aguanta el dolor en la nalga del sillín? Y yo si me lo aguanto 5 o 6 horas ahí, entonces, venga, ¿cómo no me voy a aguantar un ratico ese dolorcito y ya? Entonces, buscarle la solución, no quedarse, es que el problema es quedarse ahí, quedarse ahí, quedarse, quedarse ahí, y no buscar, buscar, o sea, se quedan y no buscan la solución, o sea, no es, algunos se quedan es pensando cuál es la solución, es hacerla, es construir, ahí está todo, se atrévase, es que hay que ser hombres atrevidos, si usted no se vuelve, pero ojo, cuando yo lo atreví, no es el que se atreve a ir a coger las posagolpes a los hijos, o la mamá que se atreve a darle coscorronazo al hijo porque no se aprende las tablas, sino la que se atreve a buscar en Youtube como le enseño a mi hijo las tablas, como es una forma bonita de que él aprenda a sumar a restar, sino es eso, si me entiendes, que yo no sé nada de tecnología, pero me atrevo a buscar la tecnología así lo puedo hacer es de ese tipo de atrevimiento que yo hablo pues compadre y se nos acabó el tinto y la grabación apenas lo tengo medido hermano pues yo sé que te lo hice mucho pero yo quiero decirte que te admiro te admiro mucho Angie, yo también te admiro te admiro mucho te quiero te agradezco parece muy inspirador muy inspirador, muy generoso de tu parte compadre, espero que nos veamos muy pronto no, en la bicicleta todos quieren darle leña al mucho no, muchas gracias muchas gracias por el espacio de verdad espero que estos minutos que todos sus seguidores, los míos que las personas se tomen para ver esto, realmente cojan algo acá esta historia de conversar los dos y apliquen a la vida porque no es solo verlo sino que saquen algo de aquí y pónganlo de su vida y pues gracias también por darnos este espacio, por conocerlo, porque siempre seguramente muchas personas lo conocen a usted, como lo vemos en las películas, en las series, como el del actor, el que hace, pero es bonito uno conocerlo como persona y algo chévere que el ciclismo me ha dado es conocerlo, no solamente a usted, sino a muchos más actores, verlos desde la parte de personas que son seres humanos igual que uno y que uno dice, vea cómo hacen para lidiar con tanto reconocimiento. Yo no tengo ese nivel de reconocimiento pero sé que es harto a veces que todo mundo la foto como que no puede compartir y también es como que eso pero es bonito que dejen no olviden que son seres humanos. Muchas gracias por sus palabras, por admirarme a mí, a mi esposa y también a mis hijos que les toca vivir una vida con un papá sin manos que seguramente sobre todo Juan José no ha sabido que es un papá con manos pero se siente muy feliz de su papá, si sabe que es un papá lleno de amor y usted que la tiene compártelo con sus hijos y ojalá que ellos lo disfruten también mucho. Y cuandoerte y cuando tengudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Acompáñame en este viaje personal donde me hago muchas preguntas y hablo del impacto que ha tenido en mi bienestar emocional esta búsqueda. Te traeremos amigos extraordinarios para tener conversaciones sinceras y hablaremos con expertos que nos ofrecerán consejos para profundizar en las complejidades de la salud mental y la importancia de levantar la mano y pedir ayuda. Este, nuestro espacio, tu espacio, es seguro y se llama Los Hombres Sí Lloran, donde la vulnerabilidad se convierte en nuestra mayor fortaleza.